Peyton Manning fue el primer finalista revelado en los NFL Honors. Ingresará al Salón de la Fama como parte de la clase 2021. Dos veces campeón del Super Bowl y cinco veces elegido MVP de la liga, Manning (al igual que John Elway en 2004) era una figurita fija para sacar su boleto a Canton, Ohio.
Nacido en New Orleans, Louisiana, el 24 de marzo de 1976, hijo del entonces mariscal de los Saints, Archie Manning, Peyton creció rodeado de fútbol americano. Aunque su familia lo impulsaba a ir a Ole Miss, eligió Tennessee para jugar con los Volunteers. Ahí logró el título de la conferencia SEC en 1997 (su último año), venciendo a Auburn 30-29.
Manning fue seleccionado por los Colts como el pick global número 1 en el draft de 1998. Desde ahí hasta 2010, logró transformar al equipo en un contendiente año tras año. Manning lideró al equipo a ocho títulos divisionales, dos campeonatos de la AFC y el Super Bowl XLI, el primero en 30 años. La NFL lo nombró MVP en cinco temporadas. Luego de someterse a una cirugía de cuello en 2011 que lo marginó toda la temporada. En 2012, los Colts decidieron liberarlo del equipo.
“The Sheriff”, como se lo conocía en el campo de juego por su inconfundible manera de llamar los audibles antes de centrar el balón, llegó a los Denver Broncos donde fue titular hasta el 2015. Allí, al igual que en Indianápolis, transformó la franquicia desde el principio. Ganaron el título de división cada año, obtuvo otros dos títulos de la AFC y se retiró con el Super Bowl 50.

Al enterarse de su ingreso al Salón de la Fama, Peyton llamó a Elway, Marino, Aikman y Favre para compartir su orgullo por sumarse a ese grupo. Ellos tuvieron un gran impacto en mi vida, ya sea por haberlos estudiado o por haber charlado con ellos luego de los partidos”, dijo.
“Mi papá era mi jugador favorito cuando era chico, era mi mariscal preferido. Tuvo una gran influencia en mí aunque nunca me entrenó. Él solía irme a ver a la secundaria cómo le lanzaba a mis receptores y luego le pedía consejos sobre lo que veía. No era del estilo de meterse en mi carrera, sino más bien me daba consejos cuando yo se los requería y le encantaba hacerlo”, agregó.
Peyton según los números
Luego de su retiro en 2016, Manning dejó numerosos récords a su paso. Terminó su carrera con 71.940 yardas por aire, 539 touchdowns y 13 temporadas consecutivas lanzando al menos 25 touchdowns. Tiene 43 touchdowns en playoffs, siete elecciones al primer equipo All Pro, 14 Pro Bowls y fue nombrado como uno de los jugadores de la década del 2000.

Durante la temporada 2013, que terminó coronando con el MVP, lanzó 55 touchdowns (récord histórico) y 5.477 yardas por aire. Manning ganó el MVP de ese partido y se convirtió en el primer jugador de los Colts en recibir esa distinción. Durante sus últimos cuatro años en la NFL, ganó 50 de ellos. Luego de 18 campañas, su porcentaje de victorias fue de .789, el máximo para un mariscal de los Broncos con al menos 25 partidos como titular. Manning es también uno de los dos quarterbacks en la historia en ganar Super Bowls con franquicias distintas (Colts y Broncos), junto con Tom Brady (Patriots y Buccaneers).
Peyton nos hizo emocionar a todos con su discurso de despedida y nos regaló párrafos excelentes que pintan de cuerpo entero el jugador, pero más que nada la persona que fue y el legado que dejó en la NFL: “Cuando analizo mi carrera, sé sin ningún tipo de duda que dejé todo lo que tenía en el campo para ayudar a mis compañeros a obtener la victoria. Otros jugadores fueron más talentosos, pero ninguno se preparó más que yo. Por eso, no tengo arrepentimientos. He peleado la batalla y he terminado la carrera y mantenido la fe. Bueno, yo luché la batalla. Terminé mi carrera deportiva y luego de 18 años es hora. Dios los bendiga a todos y Dios bendiga al football”.
Pase, señor Manning. Canton y la gloria eterna lo esperaban.