¡Finalmente, llegó el día! Después de dos años de intensas negociaciones y prácticamente dos franchise tags, los Dallas Cowboys y Dak Prescott llegaron a un acuerdo que los vincula por los próximos cuatro años. El contrato es por un total de $160 millones de dólares, con posibilidad de escalar a $164M y con $126M garantizados.
Entre otros beneficios, el QB franquicia obtendrá un bono de $66M por firmar. Ganará un total de $75M en el primer año, como también una cláusula de no-trade y la imposibilidad de volver a etiquetarlo como jugador franquicia.
Rayne Dakota Prescott fue seleccionado en la cuarta ronda del draft del 2016. Luego de una serie de infortunios, se ganó el puesto de titular para no soltarlo nunca más, cumpliendo con creces su labor al frente del equipo.
En su carrera acumula 17,634 yardas, 130 TD, 40 INT, 66% de pases completos y un rating 97.3. Así mismo, es el único QB del draft de 2016 que continúa en el mismo equipo que lo drafteó.
Su último año se vio truncado en la semana 5 debido a una fuerte lesión en su tobillo derecho. Sin embargo, la gerencia de Dallas es optimista en cuanto a su recuperación y se espera que esté listo para comenzar con las actividades de pretemporada.
El acuerdo llega justo a tiempo con el deadline que tenían los Cowboys para etiquetar a Dak con el franchise tag. Esto les permite encarar la offseason de lleno en la búsqueda de talento para el equipo, vía agencia libre y draft, y convertirlo en contendiente.
En principio, el contrato es un win-win para las dos partes y trae cierta calma a la ciudad de Dallas, que era necesaria después de tantas idas y venidas con esta situación. Podemos asegurar, de una vez por todas, que Dak Prescott es y seguirá siendo el jugador franquicia de los Dallas Cowboys.
