La NFL enfrenta una situación completamente inédita en la era moderna: 30 de los 32 jugadores seleccionados en segunda ronda del Draft 2025 permanecen sin firmar sus contratos de novato mientras los campos de entrenamiento comienzan esta semana. Esta crisis contractual sin precedentes ha sido desencadenada por una decisión histórica de los Houston Texans que cambió las reglas del juego para todos los demás.
El problema comenzó en mayo cuando Houston firmó al receptor Jayden Higgins (#34 overall) con un contrato completamente garantizado de $11.7 millones, convirtiéndose en el primer jugador de segunda ronda en la historia de la NFL en recibir tal acuerdo. Junto con el linebacker Carson Schwesinger (#33, Cleveland Browns), quien también recibió garantías completas, estos son los únicos dos jugadores de segunda ronda que han firmado sus contratos.
Tre Harris (#55, Los Angeles Chargers) se convirtió en el primer holdout oficial cuando no se reportó al campo de entrenamiento el sábado pasado, aunque posteriormente acordó términos con el equipo el miércoles. Ian Rapoport de NFL Network reportó que Harris “no se reportará a menos que tenga un contrato firmado”, estableciendo el tono para lo que podría convertirse en una ola de holdouts.
El efecto dominó de Houston que paralizó el mercado
La decisión de los Texans de garantizar completamente el contrato de Higgins creó un efecto dominó que paralizó el mercado de segunda ronda. Los agentes de otros jugadores ahora exigen contratos similares o, al mínimo, más dinero garantizado que los precedentes históricos para sus posiciones en el draft.
Yahoo Sports reportó que la NFLPA está “monitoreando esta situación de cerca” con la esperanza de que los jugadores puedan aprovechar esta rara oportunidad para cambiar un precedente establecido desde hace mucho tiempo. Un portavoz del sindicato declaró: “Trabajamos junto a los jugadores y sus agentes para ayudarlos a asegurar el mejor acuerdo posible”.
El cuello de botella actual se centra en Nick Emmanwori (#35, Seattle Seahawks), el pick más alto que permanece sin firmar. Si Seattle le otorga un contrato completamente garantizado, podría desencadenar una reacción en cadena donde todos los jugadores seleccionados después exijan términos similares.
Tyler Shough (#40, New Orleans Saints), el único quarterback de segunda ronda de esta clase, también es considerado una figura clave. Como potencial titular desde su año novato, Shough tiene considerable poder de negociación para exigir un acuerdo completamente garantizado.
Una situación que expone las fallas del sistema
Esta crisis revela las limitaciones del rookie wage scale implementado en 2011, que fue diseñado para eliminar holdouts prolongados pero dejó las garantías como uno de los pocos términos negociables. Mike Florio de NBC Sports sugirió que los jugadores debieron haber tomado una posición coordinada mucho antes, idealmente saltándose el minicamp obligatorio en junio.
La situación se complica porque cada día que pasa sin resolución aumenta la presión. Once campos de entrenamiento más comenzarán este fin de semana, convirtiendo potencialmente a más jugadores sin firmar en holdouts oficiales.
Para una liga que ha disfrutado de relativa paz laboral en años recientes, esta crisis expone cómo una decisión contractual aparentemente rutinaria puede desestabilizar todo un sistema. La resolución determinará si el precedente de Houston se convierte en el nuevo estándar o si fue una anomalía costosa que otros equipos se negarán a repetir.