Tom Brady, ahora propietario minorista de Las Vegas Raiders, fue visto usando un headset dentro del palco de entrenadores de los Raiders durante el último Monday Night Football contra Los Angeles Chargers, y la imagen desató la polémica. Las criticas y las preguntas no tardaron en llegar.
La imagen, que rápidamente se viralizo en las redes, desató un fuerte debate un posible conflicto de intereses entre el rol de Brady como propietario y su trabajo como comentarista de la NFL. Debido a todo el revuelo que se generó, la liga se vio obligada a emitir un comunicado y a varios protagonistas se pronunciaron al respecto.
La respuesta de la NFL no tardó en llegar
La liga suele ser estricta en cuestiones de integridad y transparencia. Por eso, la imagen de Tom Brady usando un headset en el palco, que empezó como un simple detalle técnico se convirtió en un tema nacional, cuestionando los límites de su nuevo rol como propietario minoritario de la franquicia y su papel como comentarista de Fox Sports.
Es por eso que la NFL respondió con un mensaje claro: no existe una norma que prohíba a un propietario sentarse en la cabina de entrenadores o llevar un headset durante un partido. En ese marco la presencia de Brady no constituiría una infracción formal. La liga agregó que Brady, como socio minoritario, no tiene acceso a instalaciones de entrenamiento ni a reuniones presenciales con el staff técnico.
Sin embargo, el gesto fue suficiente para encender las alarmas en redes y en el ambiente periodístico. El hecho de que el video fuera retirado solo alimentó las sospechas de que la liga quiso minimizar la exposición del episodio.
Reacciones encontradas
Aun así, la decisión de la NFL no apaciguó las críticas, sino que las aumentó. Exjugadores y entrenadores como Antonio Pierce o Devin McCourty consideraron la situación como “preocupante” y que es una mala imagen para la liga. Para otros analistas, el asunto es más de percepción que de normativa, ya que el headset de Brady podría haber estado conectado únicamente al canal de producción y no al de coordinación táctica.
Incluso algunos entrenadores minimizaron el hecho. Señalaron que las reuniones más importantes están controladas en cuanto a la información que se da, y no es usual que revelen secretos estratégicos.
El papel de Brady en los Raiders
Desde que se convirtió en accionista minoritario de la franquicia, Brady ha tenido una presencia cada vez más visible en el día a día de la franquicia. El propio HC de Las Vegas, Pete Carroll, reconoció que mantiene “contacto regular” con él y que sus aportes son valiosos. Pero aclaró que la línea entre colaborar y decidir sigue estando clara, y que Brady no participa en la planificación del partido.
Más allá de estas declaraciones, el episodio deja una pregunta latente: ¿debería la NFL establecer reglas más explícitas para separar las funciones de los propietarios y evitar cualquier tipo de conflicto de intereses?
El caso Brady saca a la luz un vacío reglamentario que la liga deberá revisar. En una NFL donde la imagen pública es tan importante como el espectáculo deportivo, cualquier duda sobre equidad competitiva puede transformarse en un escándalo mayor.
Esta semana, el ex QB de los Patriots y Buccaneers estará comentando el partido de Dallas Cowboys vs Chicago Bears. La discusión lejos de disiparse se agranda. ¿Por qué? Porque los Los Raiders reciben al conjunto comandado por Ben Johnson la próxima semana, y la sospecha de que Brady le pueda brindar información al staff de Las Vegas encendió las alarmas.
Por más comunicado oficial, el mejor jugador de todos los tiempos está en el ojo de la tormenta. No parece que la polémica de Tom Brady y los headset vaya a disminuir con el paso de los días. Lo que está claro es que todo esto encendió las alarmas dentro y fuera de la liga.