¿Es momento de apretar el botón de pánico en Baltimore Ravens?

Los Baltimore Ravens perdieron 37 a 20 ante los Kansas City Chiefs el pasado fin de semana, y con esta derrota cayeron a un récord de 1-3, el peor arranque de temporada del equipo desde 2015, año en el que los de John Harbaugh terminaron con marca de 5-11.

En un partido donde la ofensiva no brillo, su defensiva volvió a permitir muchos puntos, las lesiones se hicieron presentes, y un rival que no perdonó, los Ravens se fueron de Kansas City con más preguntas que respuestas, y en el tercer puesto de la AFC Norte.

La temporada de Baltimore no pudo empezar peor: tras una derrota insólita ante los Bills en la semana uno, y una dominante victoria contra los Cleveland Browns en la segunda, los comandados por Lamar Jackson sufrieron luego dos caídas consecutivas, ambas de manera dominante, algo poco habitual en un equipo de su jerarquía.

Baltimore tiene que reaccionar

La realidad es que el panorama para los Ravens no es alentador. La primera gran preocupación de cara al futuro son las múltiples lesiones de jugadores titulares: Lamar Jackson (semana a semana), Marlon Humphrey (fuera varias semanas), Ronnie Stanley (día a día), Nnamdi Madubuike (afuera por toda la temporada), Broderick Washington (IR), y Roquan Smith (también fuera por varias semanas).

Aunque las bajas por lesión son el principal problema, lo cierto es que incluso con el plantel sano, el equipo no ha estado a la altura de las expectativas. La defensiva, que en nombres parecía sólida, permitió más de 37 puntos en tres de los cuatro partidos disputados, lo que pone bajo la lupa al coordinador Zach Orr. En el otro lado del ovoide, la ofensiva cumple (es la tercera con más puntos en la liga), pero tanto Derrick Henry como la línea ofensiva están quedando por debajo de lo esperado.

Todos estos factores, sumados a errores de coaching y a un calendario exigente, explican el récord 1-3 actual de Baltimore, y aunque las herramientas para revertir la situación están, el equipo no puede seguir desperdiciando tiempo: la conferencia y la división son demasiado competitivas y no hay margen de error. Los dirigidos por John Harbaugh, que se empieza a encontrar en la silla caliente, necesitan reaccionar ya, y el próximo duelo frente a los Houston Texans (también con récord 1-3) aparece como una oportunidad clave para empezar a enderezar el rumbo.

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