La National Football League (NFL), nos regala historias increíbles y hasta incluso inéditas. Una de ellas es la historia de Drew Bledsoe. El quarterback, no solo es una leyenda por lo que hizo durante su carrera en la NFL sino por su papel crucial -sin quererlo- en el surgimiento del mejor jugador de todos los tiempos, Tom Brady.
Bledsoe fue seleccionado con la primera selección global en el NFL Draft de 1993 por los New England Patriots. Rápidamente supo convertirse en el QB titular del conjunto comandado por Bill Parcells. Fue un líder dentro y fuera de la cancha. Durante sus años en Foxborough tuvo un papel fundamental en la reconstrucción de la franquicia, que hasta su llegada solo tenia un titulo de conferencia. Con el correr de los partidos, el mariscal de campo fue despertando ilusiones en todos los fanáticos.
Sin embargo, lo que realmente cambió carrera del egresado de Washington State Cougars fue la lesión que sufrió en 2001 cuando los Patriots enfrentaron a los New York Jets por la semana dos. Ese día cambiaría la carrera de Bledsoe, de Tom Brady y la historia de la franquicia de Massachusetts.
Sin un Drew Bledsoe, quizás nunca hubiera habido un Tom Brady
Durante la década de los 90s, Drew Bledsoe supo ser el líder por excelencia de unos Patriots que buscaban ser, que querían empezar a marcar una huella, que querían ser protagonistas en la mejor liga del mundo. Gracias a un brazo realmente potente, y una precisión como pocos, logró convertirse al poco tiempo en la estrella de la franquicia.
Nadie se imaginó que el destino de la primera selección global de 1993 cambiaria de manera inesperada y poco feliz. El 23 de septiembre de 2001, durante un partido contra los New York Jets -en semana dos-, Bledsoe sufrió una lesión en el pecho después de un fuerte tackle que le propinó el linebacker de los Jets, Mo Lewis. Hasta ese momento, el ex Cougars había conseguido 29,657 yardas, 166 touchdowns y 138 intercepciones en 124 juegos con el jersey de los Patriots.
No hablamos de un tackle mas. Como consecuencia del golpe, el experimentado quarterback de New England sufrió la rotura de un vaso sanguíneo en el pecho y un consiguiente neumotórax. Esa lesión dejó a Bledsoe fuera por varios partidos , y durante su ausencia, un joven mariscal de campo suplente, llamado Tom Brady, asumió el liderazgo del equipo.
La historia de Brady en Foxborough la conocemos todos y es leyenda. El destino así lo quiso. Estaba escrito de esa forma. Un QB de sexta ronda logró lo que no pudo un jugador seleccionado en el pick uno. Sin embargo, y sin discutir el talento de Tom, Bledsoe fue una pieza vital para que los Patriots y Brady tuvieran éxito.
Aun después de haber perdido su lugar como QB titular, Drew mostro todas sus cualidades de líder. Desde el banco, mostró, partido tras partido, su apoyo para con Brady. Se convirtió en el mentor del joven quarterback y desempeñó un papel fundamental para que la franquicia de Boston se convirtiera en una de las más importantes dinastías de la NFL. Si, Brady llevo a New England a gloria, pero Bledsoe ayudó a establecer las bases que permitirían el posterior éxito. Sin un Drew, quizás nunca hubiera habido un Tom.