Los Angeles Chargers ha encontrado un arma confiable esta temporada en el ataque. Si bien en líneas generales el juego aéreo ha dado un paso hacia adelante, con un Justin Herbert que se nota mucho más cómodo en el bolsillo de lo que debería con las bajas en la línea, gran parte de eso se debe a su nuevo ala cerrada.
Se trata de Oronde Gadsden II, novato seleccionado en el último día del NFL Draft. El egresado de la Universidad de Syracuse ha dado que hablar esta temporada, convirtiéndose en uno de los tapados en cuanto a producción para el conjunto dirigido por Jim Harbaugh.
Con tan solo 22 años, Gadsden II ha tomado la liga de por asalto, y las defensas parecen todavía no encontrar la manera de frenar a lo que promete ser uno de los mejores tight ends de una histórica generación.
Oronde Gadsden II, con la NFL en la sangre
El joven ala cerrada es hijo de Oronde Gadsden, quien jugó seis año para los Miami Dolphins entre 1998 y 2003. En este caso como receptor, Gadsden padre recibió 227 pases para 3,252 yardas y 22 anotaciones en una carrera coartada por las lesiones.
Su hijo, nacido en 2003 en Miramar, ciudad del Estado de Florida, ha jugado tan solo seis partidos en la National Football League (NFL), pero ha dado que hablar. Registró al menos una recepción en cada uno de los juegos, con su mejor labor al momento ante los Indianapolis Colts, donde recibió 7 pases para 164 yardas y una anotación.
En total, Gadsden II tiene 27 recepciones para 385 yardas -siendo esta la segunda mayor cantidad entre alas cerradas novatos- y dos touchdowns. Se ha convertido, en muy poco tiempo, en un arma confiable para el mariscal de campo del conjunto angelino, Justin Herbert.
Oronde Gadsden II, de Syracuse a la NFL
En su etapa colegial, este ala cerrada supo destacar en dos temporadas en particular: 2022 y 2024. Lamentablemente para él, una lesión en 2023 no permitió que pueda explotar aún más su potencial, uno que sin dudas lo hubiese posicionado, aunque sea, en el segundo día del proceso de selección colegial.
En toda su carrera colegial, el oriundo de Miramar jugó 36 partidos, donde recibió 143 pases para exactamente 2,000 yardas por aire, con 14 anotaciones. Sus 14 yardas de promedio por recepción son una de las marcas más altas en el College Football en los últimos años.
En 2022, tan solo como un sophomore para el Orange, tuvo 61 recepciones para 975 yardas y 6 TDs. Por su parte, en 2024, alcanzó 73 recepciones para 934 yardas y 7 anotaciones. Los Chargers vieron ese potencial, y lo seleccionaron en la quinta ronda -pick 165- del NFL Draft 2025.