James Franklin no tardó en encontrar un nuevo destino tras su abrupta salida de Penn State. Virginia Tech anunció oficialmente su contratación como entrenador en jefe, en un movimiento fuerte para un programa que busca recuperar relevancia nacional. El acuerdo será por cinco años y un total de 41,75 millones de dólares, demostrando el nivel de inversión que los Hokies están dispuestos a realizar.
La llegada de Franklin se produce después de que Penn State decidiera despedirlo tras una racha de tres derrotas consecutivas. A pesar de haber iniciado la temporada en el puesto Nº2 del país y con récord 3-0, los tropiezos ante Oregon, UCLA y Northwestern sellaron su destino. La universidad, que inicialmente debía pagarle una indemnización de 48,6 millones, negoció una reducción a solo 9 millones.
Franklin aterriza en Blacksburg como el entrenador más exitoso que tendrá la institución desde la era legendaria de Frank Beamer, retirado en 2015. Con un historial de 128-60 en Penn State y Vanderbilt, además de un título de la Big Ten en 2016 y una semifinal de Playoffs en 2024, su currículum encaja con la ambiciosa reestructuración que los Hokies iniciaron tras el despido de Brent Pry.
Un contrato millonario y una apuesta total de los Hokies
Virginia Tech no solo contrató a Franklin: también se comprometió a financiar al máximo su staff técnico, el área de reclutamiento, el staff de fuerza y acondicionamiento entre otros. Esto forma parte del plan aprobado para invertir 229 millones de dólares adicionales en el programa deportivo durante los próximos cuatro años, buscando consolidarse como una potencia de la ACC.
El contrato del nuevo HC está estructurado para pagarle alrededor de 5 millones por año durante sus primeras tres temporadas, antes de escalar a 12,75 millones en el cuarto año y 13,25 millones en el quinto. Una cifra que lo posiciona entre los entrenadores mejor pagos del país y refuerza la apuesta del programa por un liderazgo probado.
Franklin llega a los Hokies tras 12 años en Penn State, donde dejó seis campañas de doble dígito en victorias y solo una temporada perdedora (2020). Sin embargo, su principal deuda fue el rendimiento ante rivales de élite: terminó con marca de 4-21 ante equipos del Top 10 y 1-15 ante oponentes del Top 5.

En su presentación, Franklin reveló que buscó la aprobación del histórico Frank Beamer antes de aceptar el puesto, un gesto que generó buena recepción entre los aficionados. Para Virginia Tech, esta contratación representa una oportunidad de revitalizar un programa que ha sufrido años de irregularidad tras las gestiones fallidas de Justin Fuente y Brent Pry.
Ahora, Franklin inicia un nuevo capítulo en Blacksburg con la misión de devolver a los Hokies a los primeros planos del fútbol universitario. Con recursos reforzados, un contrato histórico y el apoyo institucional, Virginia Tech espera que su llegada marque el comienzo de una nueva era competitiva en la ACC.
