La salida de Lane Kiffin de Ole Miss no podría haber sido más caótica. Apenas horas después de que el controversial entrenador anunciara el domingo su decisión de abandonar a los Rebels para asumir como entrenador en jefe de LSU, Ole Miss elevó a Pete Golding como su nuevo líder permanente, cerrando el capítulo más exitoso en la historia moderna del programa de la manera más abrupta posible.
Kiffin, quien compiló récord de 55-19 en seis temporadas y llevó a Ole Miss a su primera aparición en el College Football Playoff, no entrenará al equipo en la postemporada. La decisión marca un precedente sin antecedentes: un entrenador en jefe abandonando a su equipo antes del CFP.
Una separación tensa
La saga alcanzó su punto más dramático en el aeropuerto University-Oxford, donde más de cien aficionados de Ole Miss abuchearon ruidosamente a Kiffin y a los miembros de su staff mientras abordaban aviones privados hacia Baton Rouge. La Patrulla de Carreteras de Mississippi escoltó a Kiffin por la pista hasta el avión, y el director atlético de LSU, Verge Ausberry, lo recibió con una camisa morada.
El caos reflejó semanas de incertidumbre que habían ensombrecido una temporada histórica de 11-1 para los Rebels. Kiffin había solicitado quedarse para dirigir al equipo en el playoff con “barreras de protección” para el programa, pero el director atlético Keith Carter rechazó categóricamente la propuesta, a pesar de que los jugadores también pidieron que se le permitiera continuar.
“Mi solicitud de hacerlo fue negada por Keith Carter a pesar de que el equipo también le pidió que me permitiera seguir entrenándolos”, declaró Kiffin en un comunicado donde culpó directamente a Carter por la forma en que terminó su relación con Ole Miss.
La solución de continuidad
Golding, de 44 años, llega con credenciales sólidas tras dos temporadas como coordinador defensivo bajo Kiffin. A lo largo de su carrera, sus unidades defensivas han permitido apenas 18,5 puntos y 330,8 yardas por partido, números que ofrecen cierta tranquilidad a un programa en shock.
“La reunión de equipo de hoy fue un indicador claro de su capacidad para galvanizar a nuestro plantel”, declaró Carter. “Todos nuestros jugadores y entrenadores están extasiados y listos para marchar unidos hacia una carrera de playoff”.
Ole Miss actuó con rapidez para retener talento clave, consciente del peligro que representa perder jugadores al portal de transferencias en medio de la turbulencia. La promoción interna busca preservar continuidad defensiva y mantener intacto el roster que clasificó al primer CFP en la historia de la escuela.
Kiffin aceptó un contrato de siete años y $13 millones anuales en LSU, convirtiéndose en uno de los entrenadores mejor pagados del fútbol americano universitario. Consultó con Nick Saban y Pete Carroll antes de tomar la decisión, y según reveló, fue Carroll quien le dio el empujón final: “Tu padre te diría que vayas. Aprovecha la oportunidad”.
Para Ole Miss, la lección es amarga: el éxito trae oportunidades, pero también vulnerabilidad. Y en la era del NIL y el portal de transferencias, la lealtad es cada vez más un concepto anticuado.