En primer lugar, la eliminación de los Cincinnati Bengals dejó una clara sensación de oportunidad desperdiciada. Joe Burrow solo completó cuatro partidos en esta temporada regular, lo que ya hacía difícil considerar al equipo como un verdadero protagonista de la AFC. A eso se le sumaron la irregularidad ofensiva y los problemas de una pésima defensiva.
En una AFC Norte extremadamente competitiva, Cincinnati nunca logró imponerse con autoridad. Tanto Baltimore Ravens como Pittsburgh Steelers mostraron mayor solidez a lo largo de la temporada, especialmente en los duelos divisionales. Los Bengals quedaron un paso atrás en intensidad, ejecución y consistencia. La división terminó marcando el límite real del equipo.
Burrow, en sus dos primeros partidos, mostró su nivel élite. Sin embargo, no pudo mantenerlo debido a su lesión de esguince en el dedo gordo del pie. Tras nueve semanas en recuperación, volvió frente a los Ravens en el día de acción de gracias, momento en el que ya era tarde. Al margen de esto, la defensiva fue de las peores en toda la temporada, lo cual condicionó el rendimiento del equipo. La eliminación fue el reflejo de una temporada de mala suerte y de que tampoco se puede depender siempre de un solo jugador.
¿Y ahora qué sigue para Cincinnati?
De cara al futuro, el proyecto vuelve a girar alrededor de Joe Burrow. La prioridad será protegerlo mejor y recuperar identidad ofensiva. Cincinnati necesita ajustes estructurales más que una reconstrucción total. El talento está, pero el reloj competitivo no se detiene.
La gerencia tendrá decisiones importantes en la NFL offseason, con una posición alta en el Draft 2026 que puede ser clave para acelerar el proceso. Reforzar la línea ofensiva y sostener piezas centrales del plantel será determinante. La AFC no da segundas oportunidades. Para los Bengals, el desafío será transformar frustración en evolución.
Además, Cincinnati deberá revisar su identidad dentro de una AFC Norte cada vez más exigente. La distancia con equipos como Ravens y Steelers no fue abismal, pero sí constante a lo largo del año. Los Bengals necesitan recuperar dureza, regularidad y presencia en los partidos divisionales. Competir no alcanza si el objetivo es volver a la cima.