Los Cincinnati Bengals quedaron oficialmente sin posibilidades de clasificar a los playoffs de la National Football League (NFL). Previo al duelo de Semana 15 ante los Baltimore Ravens el panorama lucía muy desalentador, y una derrota el domingo terminó de confirmar que los subcampeones del Super Bowl LVI se quedarán sin su boleto a la postemporada por tercer año consecutivo.
Lo que definió el año para los Bengals fue la lesión sufrida por el QB Joe Burrow en el segundo partido de la campaña, ante los Jacksonville Jaguars. Apenas pudo regresar en la Semana 13 ante los Ravens, cuando el equipo ya tenía un duro récord de tres victorias y ocho derrotas. A pesar de ganar en el regreso de su mariscal, Cincinnati perdió sus siguientes dos encuentros y verá los playoffs desde afuera una vez más; el año pasado quedaron a las puertas tras un gran final de temporada regular que no alcanzó por culpa del flojo inicio, parecido a lo que sucedió ahora.
En este contexto, Burrow declaró en una conferencia de prensa previa al partido ante Ravens que su prioridad era divertirse dentro de la cancha, y que si eso no era una posibilidad, entonces “¿qué sentido tiene seguir jugando?”. Las declaraciones alarmaron a la franquicia, entendiendo que el problema podía ser con ellos, aunque posteriormente el QB aclaró que hablaba del deporte en general. Además del mal momento de los Bengals, Burrow atravesó esta temporada su tercera lesión grave en seis años, lo que sin dudas atribuye a su frustración con el football.
Ja’Marr Chase, dispuesto a subirle el ánimo a su QB
Luego de la derrota ante Baltimore, Burrow se mostró muy autocrítico de su performance en el partido, en el que tuvo dos intercepciones y un rating de pasador de 58.2, el segundo más bajo de su carrera. “Si querés competir por campeonatos y jugar playoffs, tu mariscal tiene que jugar mejor de lo que lo hice yo hoy”, declaró el QB tras la caída. Estos comentarios se suman a los dichos previamente en la semana y generan incertidumbre sobre qué está pasando por la cabeza de Burrow.
Ja’Marr Chase, receptor estrella del equipo y socio principal de Burrow dentro de la cancha, se mostró preocupado por las declaraciones de su mariscal: “Nunca estuve en una situación en la cual le tuviera que subir el ánimo, pero posiblemente deba empezar a hacerlo”. Además, reconoció que Burrow siempre está presente para él y remató: “Nunca sabés lo que le puede estar pasando internamente”.
La situación está lejos de ser la ideal en Cincinnati, pero aún quedan tres partidos en el año. El entrenador en jefe Zac Taylor, cuyo futuro en la franquicia es incierto, confirmó que Burrow jugará lo que resta de temporada. En estos momentos, y como bien dijo, el QB necesita recuperar esa diversión por el juego, y qué mejor que hacerlo en un contexto sin presión por entrar a playoffs. Estos partidos serán importantes para el mariscal para volver al disfrute dentro de una cancha de cara a una lejana temporada 2026.