La National Football League (NFL) está más pareja que nunca; tras 15 semanas de juego, aún no se ha definido ninguno de los campeones divisionales, lo que significa que, con tres semanas de temporada regular por jugarse, el panorama es incierto para más de un equipo. Algunos afortunados ya se aseguraron su lugar en los playoffs, como es el caso de Los Angeles Rams, los Denver Broncos y los Seattle Seahawks, mientras que otros todavía deben esperar.
Los Dallas Cowboys están en una posición difícil. El equipo dirigido por Brian Schottenheimer llegó a la Semana 10 (la de descanso) con un flojo récord de 3-5-1. Tras el bye ganaron tres partidos al hilo, que los pusieron en la conversación y las grandes actuaciones de la defensiva, a diferencia de lo ocurrido en los primeros partidos, ilusionaron a más de uno. Sin embargo, dos caídas consecutivas frente a los Detroit Lions y los Minnesota Vikings complicaron la clasificación.
Los Cowboys tienen tres partidos restantes. Primero deben recibir a Los Angeles Chargers en Dallas, luego enfrentar a los Washington Commanders y finalmente terminar la temporada frente a los New York Giants, estos últimos dos en condición de visitante. El problema es que los de Schottenheimer tienen muy difícil la clasificación a playoffs vía wild card, ya que son nueve los equipos de la NFC con mejor récord que ellos. Es por esto que la manera más viable es clasificar ganando la división, lo que tampoco es fácil.
La milagrosa sucesión de resultados para que Dallas clasifique a Playoffs
De momento la clasificación de la NFC Este tiene a los Philadelphia Eagles liderando, con un récord de 9-5. En segundo lugar están los Cowboys, que estando 6-7-1 aún pueden competir por el liderazgo de la división. Los Commanders y los Giants ocupan respectivamente los lugares restantes, pero ambos ya están fuera de la lucha por entrar a playoffs. Entonces, ¿qué tiene que pasar para que Dallas le arrebate el primer puesto a Philadelphia y clasifique milagrosamente a postemporada?
Bueno, para que eso suceda deben darse varios resultados, algunos posibles y otros no tantos. Por su parte, los Cowboys están obligados a terminar la temporada regular con tres victorias al hilo. Los Chargers son claramente su rival más duro, pero el enfrentarlos en casa propone cierta ventaja para Dallas. En caso de ganar todo lo que queda, terminarían con un récord de 9-7-1.
Pero claro, no dependen sólo de ellos. Además de ganar los partidos que quedan, los Cowboys necesitan que los Eagles pierdan los tres encuentros finales de la temporada, que consisten de dos duelos ante los Commanders y uno en el medio ante los Buffalo Bills. Por lo tanto, es muy poco probable que Dallas logre la clasificación a postemporada. Washington es un rival débil sin Jayden Daniels y que además no juega por nada. Por más que logren ganar uno de los dos partidos, las chances de que barran a Philadelphia son ínfimas.
Esto significa que la temporada de los Cowboys puede terminar este mismo fin de semana. Una victoria de Eagles ante Commanders el sábado o una derrota propia ante los Chargers el domingo y se acaba el año para ellos. Una campaña rara y atípica, que empezó con mucha polémica por el insolito traspaso de Micah Parsons y que terminará mejor de lo que más de uno hubiese creído, con chances de ganar su división hasta casi el final.
