La National Football League (NFL) está atravesando instancias decisivas de la temporada regular. Tras una apasionante Semana 16 que dejó partidazos y actuaciones memorables, quedan sólo dos jornadas para el final de esta primera fase de la campaña. Con los playoffs tan cerca, gran parte de los equipos de la liga se juegan el año entero en esta recta decisiva, sabiendo que las victorias valen doble y las derrotas pueden ser, en muchos casos, definitivas.
Los Baltimore Ravens están en una situación casi desconocida. Desde que draftearon a Lamar Jackson en 2018, clasificaron a la postemporada en seis de siete años, siendo 2021 la excepción. Sin embargo, el 2025 los trae con un récord de 7-8 a falta de dos semanas, con el que no estarían entrando a playoffs. La AFC Norte está más irregular que nunca, y las nueve victorias y seis derrotas logradas por los Pittsburgh Steelers les sirve para liderar la división y tener un pie en la postemporada.
Los Ravens, de pésimo arranque en la campaña, tuvieron una importante seguidilla de victorias en la mitad de la misma pero acumularon dos derrotas de mucho peso en las últimas semanas. Una de ellas fue ante los Steelers, a quienes volverán a enfrentar en el partido final de la temporada, y la otra fue ante los New England Patriots el domingo pasado, con la particularidad que tenían una ventaja de 11 puntos entrado el último cuarto y la remontada los dejó casi fuera de poder clasificar a playoffs.
Lamar Jackson, lesionado en el peor momento posible
La derrota ante los Patriots no es por lo único que debe preocuparse Baltimore; a falta de un minuto para el final de la primera mitad, con el marcador a favor de New England 10-7, Lamar Jackson cayó al suelo tras una corrida y, al hacerlo, recibió un rodillazo en la espalda baja por parte del safety Craig Woodson. Inmediatamente el QB titular de los Ravens se retiró a los vestuarios con mucho dolor y el que terminó el partido fue el suplente Tyler Huntley, cuya performance no fue mala pero no alcanzó para darle la victoria al equipo.
Tras el partido, Jackson se mostró muy enojado con el jugador de Patriots que le provocó la lesión: “Me deslicé para terminar la jugada y recibí un rodillazo en la espalda”. Además, declaró su frustración por no poder jugar todo el partido en el que es, posiblemente, el momento más importante de la temporada: “Nos estamos jugando la clasificación a los playoffs y ni siquiera puedo terminar el partido junto a mis compañeros, es cualquiera”.
La resonancia magnética realizada el lunes mostró una contusión importante en la zona de la espalda baja del QB de Ravens, pero no más que eso. De momento, Lamar será evaluado día a día de cara al partido del sábado ante los Green Bay Packers. Baltimore necesita ganar los dos encuentros restantes y que Pittsburgh pierda ante los Cleveland Browns para clasificar a la postemporada. El panorama ya es complicado de por sí, por lo que necesitarán de Jackson para mantener viva la ilusión de una clasificación milagrosa.
