Taysom Hill alcanzó una marca que no se vio nunca en la historia de la NFL

En la NFL moderna, la versatilidad de los jugadores suele ser una de las virtudes más veneradas por los entrenadores en jefe y los propios coordinadores. Cumplir más de un rol dentro de una plantilla se considera una bendición. La complejidad de los nuevos sistemas y el desarrollo del juego requieren cada vez atletas que puedan hacer de todo.

Que un quarterback pueda correr y lanzar con igual precisión, o que un defensivo pueda tacklear en campo abierto así como defender el pase con igual virtud, son algunos ejemplos de lo que se busca en los nuevos jugadores que entran en la liga. Esos famosos “unicornios” están cada vez más de moda, pero ninguno es tan sobresaliente como Taysom Hill.

Los Saints, de la mano de Sean Payton, se sacaron el premio gordo cuando firmaron del equipo de prácticas de Green Bay a un desconocido exjugador de BYU, que había llegado a la NFL como agente libre luego de no ser seleccionado en el draft 2017. Nadie se esperaba un rendimiento tan bueno de un jugador sin pergaminos.

Taysom Hill sigue rompiendo récords en la NFL

El pasado domingo, la “navaja suiza” de los New Orleans Saints, Taysom Hill, grabó su nombre en los libros de historia al convertirse en el primer jugador en la era del Super Bowl (desde 1967) en alcanzar las 1,000 yardas por pase, 1,000 por tierra y 1,000 por recepción. Una estadística sin precedentes que termina de cimentar su estatus de leyenda viviente.

Su camino a la gloria fue tan inusual como su estilo de juego. Aunque llegó a la NFL como un quarterback convencional, fue Sean Payton quien detectó su potencial oculto mientras observaba un video del equipo de prácticas de Green Bay. Payton vio más allá de los pases: recordó al atleta que en BYU acumuló más de 2,800 yardas terrestres y 32 anotaciones. Si bien su brazo cumplía con los estándares de la liga, era su poderío físico lo que lo hacía especial; tanto así, que su debut profesional no fue bajo el centro, sino como gunner en equipos especiales, registrando dos tackles en su primer partido.

Los Saints de aquella época, con un Drew Brees veterano, las insipientes apariciones de Alvin Kamara y Michael Thomas, y un juego terrestre en plena transición tras el fallido experimento de Adrian Peterson, entendieron que Hill era un arma demasiado valiosa para quedarse en la banca. Así comenzó un despliegue táctico nunca antes visto: quarterback, running back, tight end y receptor. No importó la etiqueta; en cada posición donde fue exigido, Taysom Hill respondió con impacto inmediato.

¿Llegará al Salón de la Fama?

A sus 35 años y con el horizonte del retiro cada vez más cerca, surge un interrogante inevitable en la NFL: ¿lo hecho por este magnífico jugador será mérito suficiente para introducirlo en el Salón de la Fama? Como bien dijimos, Lo que Hill ha logrado es una anomalía estadística; una hazaña que desafía la lógica del juego y que, probablemente, no volvamos a presenciar.

Sabido es el talento excepcional que se necesita para llegar a la liga, por lo que poder dominarla, y más en múltiples posiciones, roza lo imposible. Los New Orleans Saints no solo han encontrado una gema, sino que supieron pulirla para redefinir el concepto de jugador polivalente.

Taysom Hill actualmente tiene las siguientes estadísticas:

  • 2.426 yardas de pase, con 12 touchdowns
  • 2.551 yardas por tierra, con 34 touchdowns
  • 1.002 yardas de recepción, con 11 touchdowns

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