Hay que tener una seria conversación sobre Justin Herbert

Llevamos años dándole vueltas al mismo tema con Justin Herbert. Que si tiene el brazo, que si le falta esto, que si le sobra aquello. Pero hay momentos en el deporte donde las piezas simplemente encajan, y lo que estamos viendo en Los Angeles es exactamente eso.

Herbert no se convirtió de la noche a la mañana en un quarterback diferente. Lo que cambió fue todo lo demás alrededor suyo. Y esa diferencia está siendo brutal para el resto de la AFC.

Harbaugh cambió el chip completamente

Justin Herbert
Herbert, dueño del momento en Los Angeles. (Foto/Getty)

Jim Harbaugh llegó a Los Angeles con una misión clara: sacar lo mejor de Herbert. No es coincidencia que este quarterback esté jugando el mejor fútbol de su vida en el segundo año del sistema de Harbaugh. El entrenador sabe manejar quarterbacks talentosos, lo hizo en Stanford, en San Francisco, y ahora lo está haciendo otra vez.

La filosofía es simple pero efectiva: protege a Herbert con un juego terrestre sólido y déjalo actuar cuando sea necesario. El resultado es un quarterback que completa seis touchdowns por cada intercepción y que está liderando la liga en yardas aéreas con 860 en apenas tres partidos.

Cuando Herbert completó ocho de nueve pases en los últimos cinco minutos contra Denver, enfrentando una presión del 54,7% -la mayor de su carrera-, no lo estaba haciendo por casualidad. Lo estaba haciendo porque finalmente tiene la confianza y el sistema para ser quien siempre pudo ser.

Los números hablan, pero el timing dice más

Herbert lidera la NFL en yardas de pase. Tiene las terceras mejores cuotas para MVP (+550). Los Chargers están 3-0 y son favoritos para ganar la AFC Oeste. Pero lo que realmente importa es cuándo están llegando estos números.

El regreso de Keenan Allen no fue solo una buena adquisición; fue la pieza que le faltaba al rompecabezas. Allen corre rutas como si tuviera GPS incorporado, y Herbert sabe exactamente dónde va a estar. Esa conexión, sumada a la velocidad de Johnston y McConkey, le da opciones que antes no tenía.

Pero lo que más convence de Herbert es otra cosa: ya lleva 13 remontadas en el cuarto cuarto en su carrera. Eso no se enseña. Eso se tiene o no se tiene. Y Herbert claramente lo tiene.

La AFC tiene un nuevo problema

Los Chargers van 3-0 y lideran su división por dos juegos. Mientras Kansas City anda a tumbos y Denver sigue siendo Denver, Los Angeles se ve como el equipo más completo de la AFC Oeste. Y eso es un problema serio para el resto de la conferencia.

Herbert ya no es el quarterback con potencial que veíamos antes. Es el quarterback que está dirigiendo un equipo ganador, que toma las decisiones correctas en el momento correcto y que está haciendo que los Chargers luzcan como contendientes reales.

Lo que vemos con Herbert este año no es casualidad ni racha de suerte. Es la evolución natural de un talento que finalmente tiene las herramientas correctas para brillar. Los Chargers se ven diferentes, juegan diferente, y Herbert es la razón principal.

Ya no podemos seguir con el “ya veremos qué pasa”. Herbert está jugando a un nivel élite, y está liderando a un equipo que puede llegar lejos en enero. Es momento de reconocerlo y colocarlo donde se merece estar en esa conversación de quarterbacks top de la NFL.

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