Los Arizona Cardinals se encuentran en una situación complicada en la temporada 2025 de la National Football League (NFL). Luego de ganar los primeros dos partidos de la campaña, los dirigidos por Jonathan Gannon lograron apenas una victoria en los últimos ocho encuentros, lo que los deja con una marca de 3-7 y con el último puesto de la NFC Oeste, una de las divisiones más cerradas de la liga y de las pocas que tiene a tres de sus equipos con un récord positivo.
A la hora de analizar las derrotas de los Cardinals en lo que va de temporada es menester mencionar que cinco de ellas, que casualmente ocurrieron en semanas consecutivas (de la tres a la siete), fueron por una posesión o menos de distancia. Además, algunas fueron ante equipos candidatos a llegar lejos en los playoffs, como los Indianapolis Colts o los Green Bay Packers. Esto demuestra que el récord de Arizona no le hace justicia del todo a lo que fue el rendimiento general de la franquicia, que encontró este año a un líder impensado: Jacoby Brissett.
Tras cinco semanas con Kyler Murray bajo centro, el ex número uno del Draft sufrió un esguince en el pie izquierdo, lo que obligó a Brissett, que había sido contratado en la offseason para ser el QB suplente, a tomar las riendas del equipo. A partir de ahí, los Cardinals perdieron cuatro de sus cinco partidos, pero su flamante mariscal logró comandar la ofensiva con números excepcionales: 1,570 yardas de pase, 11 touchdowns totales y apenas tres intercepciones.
Jacoby Brissett y un partido histórico ante 49ers
La última presentación de los Cardinals, ante los San Francisco 49ers, quedará en los libros de historia de la NFL por la heróica actuación de Brissett, que rompió un récord impresionante: se convirtió en el jugador con más pases completos en un partido, con 47, superando la marca de Drew Bledsoe, que había logrado 45 en un juego de 1994. Jared Goff, en 2019, había igualado la marca del ex New England Patriots, pero el QB de Arizona la batió con un partido excelso.
Además del récord, Brissett logró 452 yardas de pase, la máxima cifra de su carrera. Sin embargo, tras el partido, el mariscal se mostró muy descontento con el resultado del mismo, que marcó victoria para los 49ers por 41 a 22. “Prefiero tener sólo 3 yardas pero lograr el triunfo”, declaró luego, quitándole importancia a su hazaña. “No podría importarme menos [el récord], lo único que me interesa es ganar”, sentenció.
Sin dudas que esta mentalidad es la que cualquier franquicia quiere y necesita por parte de su QB titular, mote por el que Brissett viene luchando duro hace semanas. El futuro de Kyler Murray en Arizona es más incierto que nunca, en parte por sus constantes lesiones, que con la edad se irán agravando, pero también por el nivel que mostró Jacoby cuando tuvo la oportunidad. Si sigue jugando de la manera que lo viene haciendo, es posible que hayamos visto lo último de Murray como jugador de los Cardinals.
