La temporada 2025 de los Tennessee Titans en la National Football League (NFL) ha sido desastrosa. Tras atravesar la offseason con cierta esperanza por la aparición de Cam Ward, QB seleccionado con el primer pick del Draft, el equipo no estuvo a la altura. Además de acumular muchas derrotas, sufrió la partida de su entrenador principal Brian Callahan en plena campaña, tras apenas seis partidos.
Tras 13 semanas de juego, los Titans tienen un récord de 1-11, el peor de toda la liga. El pasado domingo, ante los Jacksonville Jaguars, cayeron por 25-3 y quedaron oficialmente sin chances de clasificar a playoffs. El foco de la franquicia está claramente puesto en el próximo Draft, en el que seguramente tendrán una selección en el top 5, y en potenciar a sus jugadores jóvenes, entre los que destacan los receptores Chimere Dike y Elic Ayomanor y el ya mencionado QB Cam Ward.
El año de novato de Ward está lejos de ser el ideal; el equipo no logra ganar, la ofensiva no está a la altura y sus estadísticas reflejan más lo negativo que lo positivo. Sin embargo, hay que ver el panorama completo antes de tomar conclusiones apresuradas, y lo cierto es que el rookie mostró aspectos interesantes dentro de su juego, que incluyen buenas lecturas y un poderoso brazo que, sumado a su juego terrestre, pueden poner en problemas a las defensivas rivales. El potencial está a la vista, pero habrá que pulirlo.
Ward, enojado con su entrenador tras la derrota
Otro aspecto a tener en cuenta de Ward es su mentalidad. Parece estar en todo momento consciente de lo que tanto él como el equipo necesitan hacer, algo que quedó demostrado en el duelo ante los Jaguars: a cinco minutos del final del primer cuarto y con el marcador aún en cero, los Titans estaban en 4ta y 3, en la yarda 10 rival. En lugar de confiar en sus jugadores y arriesgarse a ir por el touchdown, el HC interino Mike McCoy optó por patear el gol de campo y sumar tres puntos que terminarían siendo los únicos de la tarde para Tennessee.
Esa decisión no cayó bien en Ward, que fue consultado en la conferencia de prensa posterior al partido si creía que la elección había sido la correcta. “Creo que en esa situación te la tenés que jugar, ¿qué tenemos que perder”, declaró el mariscal. Si bien es cierto que difícilmente el resultado del partido hubiese cambiado con un touchdown en ese momento, la situación de Ward, un novato, amerita que el entrenador le dé la confianza suficiente y le permita equivocarse, lo que no ocurrió.
Esa muestra de coraje y competitividad del QB fue elogiada posteriormente por Nick Holz, coordinador ofensivo de los Titans: “Si no tuviese esa agresividad dentro suyo, tendríamos un problema grande”. Además, agregó: “Me alegra que no haya perdido ese espíritu”. Aún con errores y algunos malos partidos, Ward no sólo demostró no ser un problema, sino que también dejó en claro que es la solución para el futuro. Para ello, la gerencia de la franquicia deberá generar un entorno positivo, empezando por un staff de entrenadores que confíe en su mariscal.
