Tampa Bay capitalizó turnovers para avanzar a la ronda de campeonato

18 de Enero de 2021
Devin White festeja el turnover. Una constante de la defensa de Tampa. Foto: Twitter Buccaneers.

Fue simplemente demasiado. Si ya los turnovers te complican la vida en partidos de temporada regular en la NFL, cometer tantos y tan caros en playoffs, con Tom Brady como rival, leyenda viva de este deporte que ya demostró en sobradas oportunidades lo bien que sabe aprovechar estos regalos, no hay ninguna chance de que zafes. Y claro, no sucedió: Tampa Bay Buccaneers capitalizó con tres touchdowns las cuatro entregas cometidas por New Orleans Saints, les ganó 30 a 20 como visitantes y el equipo de Bruce Arians avanzó a la final de la Conferencia Nacional, en donde enfrentarán a Green Bay Packers por un lugar en el Super Bowl. Del lado perdedor, la incertidumbre rodeaba a Drew Brees, de quien en la previa se rumoreó que se retiraría al finalizar esta campaña, aunque luego con ESPN declaró que lo iba a pensar en frío para luego tomar una decisión.

En la antesala, este duelo pintaba como el más atractivo de la ronda divisional. Brees y Brady, dos estandartes de la NFL, futuros miembros del Salón de la Fama apenas transcurran un segundo de elegibilidad, se cruzaban cara a cara para ver quién lograba imponerse en un encuentro que fue una verdadera partida de ajedrez, en el que ninguno de estos dos mariscales realmente brillaron como nos tienen acostumbrados (aunque, obviamente, la actuación de TB12 fue mucho mejor) y que empezó su último cuarto con un empate clavado en 20 puntos.

Pero allí fue cuando el castillo de cartas de Sean Payton terminó por caer, y eso que venía tambaleando desde hacía rato. En el período final Brees lanzó dos intercepciones seguidas, la primera en manos de Lavonte David dejando en evidencia una clara desconexión con Alvin Kamara, quien esperaba el pase más adelante en el campo cuando su mariscal se lo tiró atrás. Acto seguido, a facturar: el ya clásico QB Sneak del veterano ex Patriots lograba aumentar la diferencia. En el siguiente drive, cada vez más apretado por el marcador y el tiempo que quedaba por jugarse, Brees buscó a Jared Cook, a quien la pelota le terminó rebotando para que Mike Edwards se haga con ella y sentencie el avance de ronda para Buccaneers.

Ojalá eso hubiese sido todo para New Orleans, pero antes también hubieron dos intercambios de balón que resultaron en puntos para Tampa: la primera mala de la noche para Brees, que buscaba a Michael Thomas, fue interceptada por Sean Murphy-Bunting para que luego Brady encontrase en la endzone a Mike Evans. La segunda fue un fumble del ya mencionado Cook, quien en campo abierto perdió la posesión gracias a un fuerte contacto del rookie Antoine Winfield Jr.. ¿Adivinan qué pasaría después? Sí, otra vez Brady, otra vez los Bucs, sacándole el jugo a un error del rival. Esta vez, la conexión aérea para la anotación fue con Leonard Fournette.

¿Fin del cuento para Drew Brees? Según las últimas informaciones, no. Y es entendible, para una figura de su calibre no debe ser fácil irse de tan mala manera. Mientras tanto, el que seguro no estará pensando en nada de eso es Brady. A los 43 años y en su primera temporada con un nuevo equipo, el mejor mariscal de la historia de la NFL va por su séptimo anillo. Y Tampa quiere hacerle realidad su deseo, porque al final, volver a ganar también es el sueño de la franquicia. Siguen en camino.


Agustín Díaz

Agustín Díaz

Tengo un papel que dice que soy periodista. Fui prensa, trabajé en diario Olé y me sumé a No Huddle como editor. De los Colts de Peyton.