¿Qué está pasando en Houston?

9 de Enero de 2021
Este jueves, algunos insiders reportaron que Desahun Watson estaba "extremadamente fastidiado" con los Texans./Foto: USA Today Sports

El martes pasado nos enteramos que los Houston Texans habían contratado a su nuevo general manager, Nick Caserio. Parecía que con la nueva llegada a las oficinas del NRG Stadium los problemas van a amainar. Pero en una franquicia que terminó el curso con récord de 4-12, estará 16 millones de dólares por encima del espacio salarial en 2021 y no tendrá picks ni de primera ni de segunda ronda en el próximo draft, es bastante probable que eso no suceda. Y a todo eso ahora se le suma otro drama, tal vez el más importante de todos: los crecientes rumores de que Deshaun Watson, su mariscal de campo, podría pedir el trade.

Por el momento, estamos hablando sólo de especulaciones y todavía no hay ningún rumor confirmado. Tampoco es que exista una situación de no retorno, pero particularmente, los sucesos que comenzaron hace casi dos años (coincidentes con la llegada de Jack Easterby a los despachos del equipo), hacen que la franquicia esté atravesando una situación un tanto extraña y que tal vez no sea tan ilógico que su quarterback esté dudando de su continuidad en el cuadro texano (y no sólo por los resultados deportivos).

Una de esas razones es el mismo proceso de elección del nuevo mánager general del equipo. La directiva (el dueño, Cal McNair, y el vicepresidente de operaciones, Jack Easterby) propuso un comité con gente del ámbito del deporte y la gestión dirigencial, entre los que se encontraban nombres como Tony Dungy y Jimmy Johnson (ambos campeones del Super Bowl como entrenadores); Andre Johnson, uno de los líderes receptores de la franquicia; y el CEO de los San Antonio Spurs de la NBA, R.C. Buford. Además, se le aseguró al quarterback Deshaun Watson que estaría involucrado en ese proceso. Sin embargo, el método tomó un giro completamente inesperado, y con los jugadores ya de vacaciones tras la eliminación del equipo, fueron los mismos Easterby y McNair los que fueron personalmente a New England a buscar a su elegido (Nick Caserio, claro, representado por la misma persona que Easterby).

Esto se suma al hecho de que la franquicia estuvo casi dos años sin una persona en ese puesto, luego del despido de Brian Gaine antes de la temporada 2019. En ese lapso, fueron Jack Easterby y Bill O´Brien quienes se repartieron sus responsabilidades, este último asumiendo un doble rol como entrenador en jefe y gerente general.

Durante ese tiempo también se acumularon las decisiones controversiales. En 2019, la salida de Jadeveon Clowney del equipo a cambio de una (por ese entonces) baja recompensa, más el intercambio con Miami por Laremy Tunsil, que también le privó a la escuadra texana de sus selecciones de primera ronda, tanto del Draft 2020 como el del 2021. Y en 2020, se produjo el trade de DeAndre Hopkins, uno de los mejores jugadores del equipo y uno de los líderes del vestuario. Lo rutilante de esta salida fue el precio que pagaron los Arizona Cardinals para conseguir al jugador: una segunda y cuarta ronda del Draft 2020 más el RB David Johnson (Houston en 2020 fue el ataque terrestre N°31). 

Esto último no cayó demasiado bien entre los aficionados y, si bien varios reportes indican que fue Easterby quien promovió la salida del receptor, la primera cabeza que rodó fue la del HC-GM, Bill O´Brien. Hay que decirlo: a todo lo anteriormente mencionado se sumaron unas primeras cuatro semanas muy malas en la competencia (récord de 0-4), con varias fuentes que aseguraban que la relación entre el entrenador y los jugadores estaba rota.

Las tareas que tenía O´Brien como GM fueron absorbidas por el mismo Easterby (que prácticamente desde que asumió no concede entrevistas a los medios de comunicación), y hasta la contratación de Caserio fue quien tomo las riendas del cargo. El problema es que la relación con los jugadores (entre los que se encuentran Desahun Watson) tampoco es demasiado buena. De hecho hay algunos de ellos que sugieren que podrían estar siendo vigilados por parte de la franquicia, según consignaron Jenny Vrentas y Greg Bishop en una nota para Sports Illustrated. El exmariscal de Clemson, en la conferencia de prensa luego del partido del último domingo frente a Tennessee, declaró que lo que la organización necesita es "un cambio de cultura".

Por último, si vamos a lo puramente deportivo, no hace falta rasgar demasiado para concluir que a simple vista la temporada de los Texans es un fracaso rotundo: al ya mencionado récord de cuatro victorias y doce derrotas, se le suma que, en defensa, promedió 29 puntos por partido (contra los 24 de la ofensiva) y tuvo solo nueve turnovers (sólo Xavien Howard, de Miami Dolphins, tuvo 10 intercepciones esta temporada) convirtiéndose en el último de la liga en ese rubro. Esto deja en claro que los problemas defensivos serán uno de los lugares a poner en el foco a la hora de hacer movimientos en la agencia libre que ya está comenzando.

Está claro que en Houston, el arribo de Caserio al cargo de gerente general es solo un alivio dentro de una franquicia que tiene mucho trabajo por hacer, incluyendo un reordenamiento interno y la consecuente llegada de un nuevo entrenador. En su primera conferencia como integrante del staff texano, este viernes Caserio dijo que "Deshaun Watson es nuestro quarterback". Con varios rumores sobre la salida del mariscal rondando el edificio, no les quedará otra que darle garantías para el éxito en la franquicia si quieren que esa frase se cumpla.


Gonzalo Fabbri

Gonzalo Fabbri

Graduado en Comunicación Social. Cubre la NFL desde 2017. Redactor de contenidos y community manager de No Huddle.