Los Buffalo Bills lograron un triunfazo ante los Kansas City Chiefs por 28 a 21 en el marco de la novena semana de acción de la National Football League (NFL). Los de Josh Allen lograron ponerse con marca de 6-2 y mantenerse cerca de los New England Patriots, líderes divisionales con récord de 7-2.
En la previa, este duelo era clave para ambos equipos. Buffalo era consciente de la victoria de New England instantes previos. Kansas City, por su parte, viene atravesando su campaña más compleja desde que inició la era de Patrick Mahomes. Si la postemporada iniciara hoy, el subcampeón del Super Bowl estaría fuera de la misma.
En ese marco, toda la presión estaba puesta sobre Mahomes. El egresado de Texas Tech salió a jugar con marca de 1-4 ante los Bills por temporada regular. Un adversario sin dudas complejo para él y que ayer no fue la excepción. Los locales ejecutaron a la perfección un plan para detener al mariscal de campo. Y como se puede ver, funcionó.
La presión, la receta de los Bills para detener a Patrick Mahomes
Los Bills presionaron a Patrick Mahomes en el 52,6% de sus dropbacks. Esto es un 14,3% más que su tasa de presión en cualquiera de sus otros 9 enfrentamientos contra los Chiefs desde 2020. Un pass rush efectivo y bien ejecutado contra el número 15.
El capitán de Kansas City completó 3 de 16 pases para 61 yardas y una intercepción cuando fue presionado. Terminó el juego con 250 yardas, pero sin anotaciones y con 15 de 34 pases acertados. Números flojos para un jugador que viene en la conversación por el MVP. Ahora, su marca en temporada regular contra los Bills empeoró a 1-5. No obstante, bien sabemos que en Playoffs la historia es diferente.
Los Chiefs entraron a su semana de descanso, mientras que los comandados por Allen visitarán a los Miami Dolphins. Es un duelo divisional en el que teóricamente hay una diferencia, pero nunca se deben dar por sentado estos juegos. Lo cierto es que Sean McDermott planificó muy bien el juego de ayer. Ahora, debe hacer lo mismo ante Tua Tagovailoa y compañía.