Si pestañeaste te lo perdiste. Así de fugaz fue el dash de 40 yardas que realizó el receptor abierto Xavier Worthy, quien estableció una nueva marca histórica en el NFL Scouting Combine con un tiempo de 4.21 segundos. Superando así a John Ross, el último que había establecido la mejor marca en 2017, cuando dejó su huella con una recordada corrida de 4.22 segundos, y se aseguró ser elegido por los Cincinnati Bengals en la primera ronda (9° global) durante el Draft de aquel año.
Después de una corrida tan veloz como viral, el de Texas Longhorns podría haberse catapultado incluso hasta finales de primera ronda en la proyección de cara al proceso de selección universitaria. Su explosividad y velocidad son una amenaza más que real, de cara a cualquiera sea la defensa que lo enfrente en la National Football League (NFL), e impulsadas por el nuevo récord son cualidades que algunos ejecutivos suelen comprar caro cuando se trata del Draft. Pero no tan rápido.
Se aproxima una camada con mucho talento en cuanto a receptores abiertos refiere, en la que muchos nombres entran en juego al momento de hablar sobre los mejores en la posición. Marvin Harrison Jr., Malik Nabers y Rome Odunze están un escalón por encima del resto, y la velocidad de Xavier Worthy no pareciera ser suficiente para competir con prospectos muy interesantes como lo son Brian Thomas Jr., Ladd McConkey, Troy Franklin y Keon Coleman.
Xavier Worthy y uno de los récords más oportunos en la historia del NFL Combine
Es evidente que la proyección de cara al Draft se elevó para Xavier Worthy. Cualquier coordinador ofensivo se frotaría las manos al tener un jugador con semejante aceleración para estirar el campo y atacar las espaldas de la secundaria. Es una amenaza constante y sumado a una mente ofensiva que cranee como dejarlo con espacio, podría causar estragos en la NFL.
En sus tres años en los Texas Longhorns consiguió atrapar 26 touchdowns, la mayor cantidad para un receptor del BIG 12 en ese período. Recibió 197 pases recibidos, promediando 65,5 recepciones por campaña, para 2.755 yardas, lo cual da una media de 918 yardas recibidas por temporadas.
No todo su juego se basa en la velocidad, sino que Worthy la acompaña de un gran juego de pies para trazar rutas quirúrgicas. Es un verdadero play-maker, que puede dejar atrás a sus esquineros en cuestión de pocas yardas. En el ataque de Texas, sacó provecho tanto en el interior como en el exterior de la formación, corriendo rutas profundas y slants por el medio de la defensa rival. Además, cuenta con experiencia en la devolución de patadas, lo cual amplía su repertorio y lo profundizan como un prospecto más interesante.
Ojo, no todo es color de rosas. En el más alto nivel, los jugadores están acostumbrados a la velocidad y más cuando se trata de receptores abiertos. Sin embargo, es en el tamaño donde flaquea. Con su 1.85 metros de altura y 78 kilogramos, los esquineros que deban defenderlo buscarán establecer contacto en la línea de golpeo, para entorpecer y enlentecer sus rutas, algo en lo que realmente podría sufrir, así como también al momento de buscar balones divididos.